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SIDDHARAMESHWAR: Significado del libro escritural Dasabodh

Enseñanza 1. «Ciertamente los hombres alcanzan a Dios por medio de la devoción al Sí mismo. Este es el significado del libro escritural Dasabodh».

Este libro nos dice lo que se obtiene escuchando y estudiando el discurso espiritual, y cómo practicar la devoción. Aquí se ha explicado cómo el hombre mismo deviene Dios después de haber desarrollado el desapego del cuerpo grosero, de la mente y del ego por medio del conocimiento espiritual. Para ser uno con Dios sólo se requiere una devoción singular, una devoción por la unidad y la no-diferenciación.

Aquí se han explicado los siguientes puntos: el conocimiento absoluto (kevala jnana), el conocimiento puro, el Sí mismo, las enseñanzas del maestro, los medios de obtener la liberación por la unidad después de comprender, la respuesta a «¿quién soy yo?», y así, habiendo comprendido la propia naturaleza, los medios de obtener la santidad.

Aquí se proporcionan respuestas a preguntas tales como: ¿quién es Dios? ¿quién es un devoto? ¿cuándo deviene hombre (jiva) el Sí mismo? ¿y cuándo el hombre deviene Dios (Shiva)? El modo de comprender la realidad final (Parabrahman) -cómo las gentes de diferentes credos y opiniones adoran de hecho al mismo Dios (aunque a través de vías diferentes) y el método de adorar a la realidad final. Todos estos puntos se han examinado aquí autorizadamente...

Examina también qué es la maya (ilusión) primordial y cómo estamos separados de ella. Cuál es la naturaleza de los cinco elementos. Todo esto se ha explicado. Finalmente, este libro explica también quién es el hacedor real...

El que comprende Dasbodh alcanza ciertamente la realidad final, conocida también como realidad sin-pensamiento (Brahmapada o Parabrahman). Ésta es mi experiencia. Adicionalmente, a través de una exposición del pensamiento Upanishádico y Védico (a través de las Shrutis). Este libro describe los medios para devenir Dios. 

El libro subraya que el objetivo de todas las escuelas de enseñanza y de todas las escrituras sagradas es ganar el conocimiento del Sí mismo. Si se aspira a estudiar adecuadamente este libro, se debe estar equipado necesaria- mente de los siguientes requisitos:

1. La aspiración auspiciosa: Para su propio bienestar, primero se debe tener un fuerte deseo a cuyo través se obtiene el «bien», es decir, la liberación de la esclavitud. Este es el principal requisito requerido para el verdadero conocimiento espiritual. A una persona con un deseo tan agudo de saber se le llama un «Jidnyasu».

2. Pensamiento y discriminación: Impelido por la aspiración auspiciosa, uno debe pensar en el conocimiento del Sí mismo. Para esto se debe discriminar incesantemente entre el Sí mismo y el «no-Sí mismo». Por supuesto, el deseo auspicioso es él mismo el precursor del pensamiento o la discriminación correcta.

3. Práctica: Un comportamiento guiado por la discriminación y la práctica incesante de tal comportamiento.

4. Desapego: Ausencia de cualquier apego. Esto significa no implicarse en nada y permanecer en su propio Sí mismo.

El que tiene el deseo de su bienestar (es decir, de la liberación de la esclavitud) adquiere el conocimiento del Sí mismo más pronto o más tarde. «Alcanzar el bien» significa evitar el nacimiento y la muerte. Caminar con los pies significa seguir lo que ha ordenado el Gurú, caminar con la cabeza significa argumentar o especular. 

Cuando se tienen los deseos mencionados arriba, el Gurú le deja a uno en el sexto peldaño de la escalera. [En la filosofía India hay siete etapas hacia la Realidad Final. Si se encuentra con todos los requerimientos mencionados arriba, entonces el Gurú lleva al discípulo hasta el penúltimo peldaño. 

Después de esto, imparte el conocimiento de la Realidad Final que tiene que ser experimentado sólo por el buscador]. Vosotros habéis sido capaces de comer todo tipo de frutos de todo tipo de árboles, pero no podéis comer el fruto de este árbol, que tiene la forma de un «ser humano». Es muy raro el que saborea este fruto. Este fruto es llamado «néctar del conocimiento» o el fruto de la liberación. 

Sólo el hombre tiene la capacidad de pensar y si trata realmente de comprender su verdadera naturaleza, comprende que él es Dios. Alcanzar este conocimiento es cumplir el deber propio. El cuerpo humano es un kalpa vriksha (un árbol que cumple los deseos). Si le pedís «conocimiento», da conocimiento; si le pedís liberación, da liberación. El quid de la cuestión es vivir como Dios aunque se esté en la forma humana.

Enseñanza 2. «Los aspirantes habían preguntado antes, “si el universo (es decir, todo lo que es visible) no es verdadero, ¿cómo puede verse entonces?” La respuesta se da aquí; escuchad cuidadosamente» (Dasabodh, Capítulo 6, Sección 8, Verso 1).

Toda apariencia es ilusión (Maya) y el presenciador es Brahman. Lo visto, es decir, la apariencia, es falso, y el veedor es Brahman. Hay una declaración en los Vedas de que sólo hay dos entidades, lo que es visto y el que lo ve. El Vedanta declara esto con contundencia.

En este mundo no hay nada aparte del veedor y lo visto. El que reside en el corazón de cada uno es Brahman, y Él es «real». El que se refugia en lo visto, perece; y el que se refugia en Brahman, alcanza Su estado. Deviene Brahman. Quienquiera que adora, alcanzará el objeto de adoración. Si concentráis la atención sobre lo visto (el mundo objetivo), seréis destruidos como lo visto (el mundo objetivo). 

La pregunta es, si lo visto no es verdadero, ¿por qué es visible entonces? Lo visto es falso, debido a que es visible. Todo lo que se ve es la magia creada por el ojo. De aquí que no es verdadero. En el espejo se ve una cara, esto implica que parecen existir dos caras; ¿significa esto que hay dos «vosotros»? El hecho es que «vosotros» sólo sois uno, pero, no obstante, parecen existir dos.

Un pintor pinta retratos con pintura, y dice, «esto es una montaña, esto el Señor Vishnu, esto es la Diosa Laskmi». ¿Aceptáis eso como real? Uno es el creador. Lo que en realidad es madera, uno lo acepta como carne. Es el milagro del ojo.

El que adora al Sí mismo devendrá el Sí mismo. Este mundo mortal está hecho de tierra; se reducirá solamente a polvo. El cuerpo humano viene de la matriz y va a la tumba. Uno debe comer el interior de un coco y arrojar la cáscara. El que come la cáscara, sólo logra romper sus dientes.

Enseñanza 3. «Cuando el conocimiento objetivo acaba, el veedor no sobrevive como veedor. En ese momento, el orgullo de “yo” (ego) se disuelve» (Dasbodh, Ca- pítulo 6, Sección 10, Verso 16).

El veedor permanece sólo mientras los objetos son vistos como reales. El ego es conceptual, y también lo es el veedor. Si llamáis a esta ciudad «Bombay», entonces aparece como Bombay; si la llamáis tierra, aparecerá como tierra. Todo depende del concepto del veedor. Si llamáis a una cosa «carne», es percibida como carne; si la llamáis madera, es percibida como madera. Si llamáis a todo Brahman, entonces todo es percibido como Brahman. Si lo llamáis mundo, es percibido como el mundo. La percepción de los objetos depende del concepto del veedor. Pero el Brahman es más allá de todo concepto. No puede ser capturado por ningún concepto.

Todo lo que decís acontece. Todo es conceptual y depende del concepto de veedor. El mundo y el ser son conceptuales. El «veedor» que llama verdadera a la manifestación (es decir, al mundo) es el «ego». Este ego tiene que ser erradicado. Si se desvanece el «ego», entonces sólo permanece el Brahman. 

El rey Dhrutarashtra del Mahabharata era ciego. Dio nacimiento a un centenar de Kauravas y se enorgulleció de ellos. De hecho, el que toma el cuerpo como uno mismo es el ciego Dhrutarashtra. Él es también el que es llamado Ravana en el Ramayana. Todos los objetos son demonios, y debido a que les dais ese estatuto, vosotros sois su rey, Ravana. Ravana no es el rey verdadero. Ravana no es el Señor. 

Pero debido a que vosotros consideráis que los objetos son verdaderos, devenís Ravana. Tenéis que deshaceros de este Ravana. El «yo» no existe. Deshacerse del «yo» puede llamarse una muerte bienaventurada. En el Ramayana, se afirma que Ravana era un gran devoto del Señor Shiva, y que, a petición de Ravana, Shiva le dio la merced de la muerte bienaventurada. Este Ravana gobierna sobre catorce regencias, a saber, catorce sentidos: cinco de conocimiento, cinco de acción, la mente, el intelecto, la consciencia y el ego. 

Cuando los dioses comienzan a gobernar la tierra, los demonios van al mundo inferior; y cuando los demonios gobiernan la tierra, los dioses se van a hacer penitencia. Si los objetos son tomados como verdaderos, entonces eso significa que gobiernan los demonios y que Dios está ausente. No hay ningún rastro de Él. Pero cuando los dioses devienen victoriosos (es decir, cuando deviene firme la convicción de que «todos los objetos son falsos»), entonces el demonio «yo» desaparece también. 

Cuando el «ego» es destruido, entonces todo es Brahman. Uno tiene que practicar que el «yo» junto con todos los objetos no son verdaderos. Para la persona realizada todo es Brahman. El alimento, la plancha de madera sobre la que se sienta mientras come, la esposa y el agua son todas manifestaciones de Brahman. Todos son Brahman. Debéis estudiar y practicar esto. Entonces será el gobierno de Dios. 

El Brahman es sin atributos: no es el color, no es música, no es amarillo ni negro, etc. El ghee que es líquido y el ghee que es sólido es el mismo ghee; lo mismo que el agua es lo mismo que el hielo. Cuando una semilla encuentra la tierra, hay un brote de consciencia. Todo lo que veis y percibís no es nada sino la Realidad (Brahman). Hay sólo consciencia cualificada, de la misma manera que los brazaletes y ajorcas están hechos los dos de oro.

Debéis dejar de insistir en que a este cuerpo sólo debe acontecerle el bien. Vosotros concebís que habéis devenido el cuerpo grosero debido solamente a que el cuerpo es el objeto de vuestro concepto. Los siervos y asistentes deben ser considerados como Dios. No hay ningún otro Brahman. «Con o sin atributos, todo es Govinda (Dios)». Hay jiva-ego porque nosotros categorizamos los objetos. 

Vosotros percibís la esposa, la hija, el caballo o el perro como separados. Todos ellos no son nada sino Krishna. No se necesita cambiar la forma de los objetos. Sólo debe cambiar la actitud del veedor. El Brahman es el mismo aunque esté en un estado con atributo. Debéis ver al Brahman en cualquier estado que Él exista. Incluso los átomos y moléculas de la carne, son todos el Señor Krishna. 

Una vez que se adopta esta actitud, entonces uno mismo es Brahman. Incluso si duerme, está despierto o come, uno no ha tomado nunca una comida. Cuando todo es Brahman, ¿quién come y quién duerme? El que es sin cualidad y el que habla (es decir, con cualidad), ambos son Dios. Si un rey se sienta en el trono o va de caza, es siempre el rey. El que es animado es el ídolo de la consciencia. Uno es un devoto, cuando da diferentes nombres a diferentes objetos y a sí mismo. 

Uno es un sadhu (santo) o Paramatman, cuando ve toda la creación como Brahman. 

Aquellos que desean el infierno pueden digerir el infierno. Los dioses y los demonios están justamente aquí. Los dioses y los demonios juntos batieron el océano del mundo y sacaron néctar y vino. El Señor Vishnu dio el néctar a los dioses y el vino a los demonios. «Vishnu hizo esto» significa que el sentido consciencia interior hizo esto. 

El néctar y el vino están justamente aquí. Está en nuestra propia mano beber el néctar y devenir inmortales. El que «despierta» logrará la Realidad. Todos son Dios. ¡Qué sean felices todos! Si practicáis esto y lo tomáis en serio, entonces todo es Brahman. Uno tiene que regar una planta hasta que desarrolla raíces. Entonces crece por sí misma. Debéis persistir en vuestra práctica hasta que logréis el Brahman.

Enseñanza 4. «Cuando el conocimiento objetivo acaba, el veedor no sobrevive como veedor. En ese momento, el orgullo del “yo” (ego) se disuelve» (Dasabodh, Capítulo 6, Sección 10, Verso 16).

El Brahman es uno y sólo uno, sin ninguna dualidad. El Brahman es sólo uno, y aparte de Él, no existe nada. ¿Por qué aparece entonces como un universo?.

En diferentes ornamentos, hay sólo oro, nada más. Después se les llama brazaletes, ajorcas, collares, etc. Todos son diferentes, pero su base es sólo oro y nada más. Pero lo que aparece entonces no es verdadero. Aunque se den muchas formas al oro, doblándolo y retorciéndolo, no es nada más que oro. 

El nombre y la forma no son nada y no son verdaderos. ¿Por qué se le llama a uno Hiralal (diamante)? Sólo para señalarle. Pero él no excreta diamantes. El mundo del nombre y de la forma no es verdadero, sólo la «consciencia» es verdadera.

Si es oro, el color y la apariencia son los mismos. Un camello hecho de oro, es oro; y si el Señor Vishnu está hecho de oro, es también oro. En todo eso, sólo existe el oro. La «Existencia» es omnipenetrante -incluso en los objetos inanimados, digamos las sillas. Lo que existe en la silla es madera. Similarmente en este mundo, todo lo demás es conceptual. 

No hay ningún otro que el Brahman. Uno debe ver sin categorizar, sin conceptualizar; entonces el «veedor» ya no es. El «yo» debe ser desarraigado. Éste el propósito de toda la lucha en el Vedanta. Porque «yo» es como Rahu y Ketu, los dos demonios que se tragan todo (el sol). (En la India, cuando acontece un eclipse solar, las gentes dicen que el Sol es tragado por los demonios Rahu y Ketu). 

El fuego mismo no dice nunca que es de la casta de un «intocable». Aunque vosotros sois refulgentes como el Sol, el «yo», el demonio Rahu, ha venido a obstruiros. El Sí mismo es siempre brillante, pero es tragado por el «yo». Si desaparece el ego, eso es el signo de la «experiencia» última. El ego no es «Brahman», pero aparece como tal. Todo es consciencia. No es necesario decir «yo soy Brahman». 

El nacimiento y la muerte pertenecen sólo a este «yo». Los cinco elementos y la consciencia son lo que son, pero ese cuerpo sutil que se llama «yo» a sí mismo y que está lleno de deseo, eventualmente sucumbe a la muerte. Cuando alguien nos dice que «Wamanrao ha expirado» significa que el nombre ha muerto. Así pues, erradicad de vuestra mente que sois algún «yo» particular. Ese es el «signo» del conocimiento. El que dice «yo soy el que experimenta» es tragado por el demonio Rahu, es decir, permanece todavía en la ilusión.

Es la mano la que levanta, y uno dice «yo levanto». Los ojos ven, pero uno dice «yo veo». La nariz huele, y uno dice «yo huelo». Todo esto es el poder del Sí mismo, pero uno dice «yo lo he hecho». Ese poder pertenece a Dios. ¿Quién es este ego que dice «yo»? No tenía ningún lugar en el palacio, pero una vez admitido dentro, ha dominado al rey y ha afirmado su propia existencia. 

Pero cuando las escrituras emprendieron su búsqueda, su existencia misma quedó desaprobada. Entonces el «rey» afirmó una vez más «yo soy Brahman». Hay una cosa acerca de esta condición -hay Felicidad. Si hay dos, entonces hay sufrimiento. Donde sólo hay «uno» hay felicidad.

Enseñanza 5. «Cuando el conocimiento objetivo acaba, el veedor no sobrevive como veedor. En ese momento, el orgullo del “yo” (ego) se disuelve» (Dasabodh, Capítulo 6, Sección 10, Verso 16).

Un aspirante encuentra inevitablemente la pregunta: «¿Debemos continuar nuestros asuntos mundanos o debemos renunciar al mundo enteramente?» No hay ningún sentido en llevar una guirnalda de tulsi (una planta sagrada) alrededor del cuello y tener una hoguera de cólera en el corazón. ¿Cuál es la utilidad de las vestiduras de color azafrán, si uno no está atento a su propio Sí mismo interior? Además, los árboles, los tigres, los animales y los pájaros no corren a mantener una casa; ¿significa esto que han devenido santos? Uno debe estar alerta dentro de uno mismo. 

El conocimiento objetivo debe probarse como no verdadero. Todos los asuntos que nos traemos entre manos deben probarse como no verdaderos, y eso que ha sido tomado como no verdadero debe probarse como la Verdad.

¿Es inútil si uno no está desapegado? La actitud debe cambiar. Permanecer en este mundo con una comprensión clara de que todo esto es falso es un acto de gran coraje. Uno debe estar desapegado de uno mismo. Una vez que se enseña cómo no implicarse o cómo renunciar, entonces uno obtiene la Experiencia. En cualquier estado que estéis, debéis estar desapegados. 

Vivid como queráis, pero renunciad internamente. Los objetos no son verdaderos. Debéis apartar de ellos la disposición de vuestra mente y cultivar la disposición de que el Sí mismo es el Brahman. Aunque consideremos como benignos los cinco elementos, sabemos que son peligrosos. Aunque uno piense que sólo el Sí mismo puede dar la felicidad, la gran ilusión (Maya) le tienta y le arrastra a la condición anterior. 

Sólo cuando uno deviene firme en el Brahman con los tres, a saber, el cuerpo, el habla y la mente, puede obtener este conocimiento. Uno puede hacer cualquier cosa, adornarse con oro, puede llevar vestiduras caras, pero la gracia del Gurú sólo viene al que considera todo esto como no verdadero. Si uno no renuncia, uno hace una cosa y el resultado es completamente diferente.

Se puede llevar oro, plata, un cordón de bronce o vestiduras muy caras, y sin embargo no hay ninguna esperanza de obtener felicidad en esta vida. Un ser humano no puede obtener nunca la paz. Sólo el Sí mismo habla de la Verdad y se comporta de la misma manera con el cuerpo, el habla y la mente. Si uno piensa «Yo soy el cuerpo», entonces hablará sólo del cuerpo. 

Como es la flor, así es su fragancia. Aunque estéis en este mundo, debéis estar como si no estuvierais aquí. Para el Brahman todas son iguales, ya sea una vida mundana o una vida en el bosque. Cuando vosotros no sois, ¿cómo puede haber existencia mundana? Vivid como os plazca pero cambiad vuestra actitud. Enton ces todo ha terminado. 

Chokamela, un verdadero devoto, era carnicero y solía vivir con un hueso en su mano. Podéis comer mucha comida purificada, ¿pero qué vais a hacer con vuestras fluctuaciones mentales? Una vez que se comprende que todo es falso, incluyendo el «yo», entonces sólo queda vuestro Sí mismo verdadero (Brahman). No hay nada más que el Brahman y sólo tiene que cambiar la actitud. 

Éste es el signo de la renuncia. En el sueño profundo, cuando no hay ningún mundo, un rey y un pobre son iguales. ¡Qué felices os sentís cuando dejáis el mundo por la noche y vais al sueño profundo! Ahí no necesitáis un mundo, una casa, un trabajo o una esposa. Cuando Él es sólo, Él es todo felicidad. 

Debido a que pensáis que tenéis que hacer un montón de cosas, devenís completamente miserables. Como nosotros (los realizados) no tenemos que hacer nada, ¿de qué hay que inquietarse? Por eso somos felices siempre. El que tiene que cumplir un deber, ya sea un rey o Dios mismo, es un obrero.

Los santos deben mostrar compasión. El que es sin deseo es el Dios de todos los dioses. Al menos mentalmente, sed sin deseo por una vez. Esto puede acontecer sólo cuando sentís que este mundo no es verdadero. Apartad vuestra mente de este mundo y fijadla en el Sí mismo. Los objetos no son verdaderos, y sólo Brahman es la Verdad. Cuando hacéis esta actitud vuestra propia, sois completamente. Entonces vivid como queráis. El que no puede danzar encuentra desigual el terreno; pero el que quiere el conocimiento del Sí mismo, de un modo u otro lo obtendrá.

A Prahlad (un devoto de Vishnu) su padre le ordenó que no usara el nombre de Dios. Prahlad dijo a su padre, «tú puedes ser el propietario de mi cuerpo, sin embargo no tienes ningún control sobre mi mente». Si estáis muy ocupados, identificad vuestra mente con Brahman. El intelecto tiene que ser transformado. Decid mentalmente, «yo soy Ram (Brahman)». Entonces todo lo que hacéis deviene Ram (Brahman). Desechad la idea «yo soy fulano» y penetrad el universo entero.

Fuente: Amrut Laya (Enseñanzas sobre el «Estado sin estado») 
De Shri Sadguru Siddharameshwar Maharaj
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