Crecimiento contra imperfección, COMO MOTIVADOR.
Dos tipos de necesidades pueden motivarte a elegir una vida plena y feliz. La forma de motivación más común se llama imperfección o motivación por deficiencia.
Y el otro tipo, el más sano, se denomina motivación de crecimiento y desarrollo.
Si colocas una piedra bajo el lente de un microscopio y la observas con cuidado notarás que no cambia nunca.
Pero, si pones un trozo de coral bajo el mismo lente podrás darte cuenta que éste crece y cambia.
Conclusión: el coral está vivo, la piedra está muerta. ¿Cómo notas la diferencia entre una flor que está viva y una que está muerta? La que está creciendo es la que está viva. La única verdadera prueba de la vida es el crecimiento.
Esto también es cierto en el universo psicológico. Si estás creciendo quiere decir que estás vivo. Si no estás creciendo y desarrollándote es igual que si estuvieras muerto.
Tu motivación puede provenir de un deseo de crecer y desarrollarte más que de un deseo de reparar tus deficiencias.
Si llegas a reconocer que siempre podrás crecer, mejorar, desarrollarte, volverte cada vez más y más grande, ya es suficiente.
Cuando decides quedarte inmovilizado o experimentar emociones dolorosas, entonces habrás hecho una decisión de anticrecimiento.
La motivación del crecimiento y el desarrollo implica usar tu energía vital para alcanzar una mayor felicidad más que para tener que mejorarte a ti mismo porque has (errado) o porque de alguna manera estás incompleto.
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CRECIMIENTO CONTRA IMPERFECCIÓN COMO MOTIVADOR.
Uno de los corolarios de la elección del crecimiento y desarrollo como motivación es el dominio de ti mismo en todos los momentos presentes de tu vida.
Tener dominio de ti mismo significa que tú eres el que decides tu destino; que no eres de los que contemporizan ni de los que se amoldan a lo que les brinda la vida. Más bien que escoges lo que tu mundo será para ti.
George Bernard Shaw lo expresó muy bien en su obra de teatro "La profesión de la señora Jarren." La gente siempre le echa la culpa a sus circunstancias por lo que ellos son.
Yo no creo en las circunstancias. La gente a la que le va bien en la vida es la gente que va en busca de las circunstancias que quieren y si no las encuentran, se las hacen, se las fabrican.
Pero acuérdate de lo que se dijo al principio de este capítulo. Cambiar tu manera de pensar, o de sentir, o de vivir es posible, pero nunca fácil. Seamos hipotéticos por un momento.
Si te dicen, amenazándote al mismo tiempo con un (arma), que dentro de un año vas a tener que hacer algo muy difícil.
Como correr una milla en cuatro minutos y treinta segundos, o lanzarte del trampolín más alto de la piscina con un estilo impecable, y que si no lo haces te (ejecutarán), seguro que te dedicarías en cuerpo y alma a entrenarte para lograr estos objetivos hasta que te llegara el momento de actuar.
Estarías entrenando tu mente al mismo tiempo que tu cuerpo porque es tu mente la que le dice a tu cuerpo lo que tiene que hacer.
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Estarías entrenando tu mente al mismo tiempo que tu cuerpo porque es tu mente la que le dice a tu cuerpo lo que tiene que hacer.
Te entrenarías constantemente, sin cesar, sin caer en la tentación de abandonar tu empeño o disminuirlo. Y cumplirías tu cometido y salvarías tu vida.
Este pequeño cuento de hadas está destinado, por cierto, a demostrar algo.
Nadie pretende cambiar su cuerpo de un día para otro y sin embargo muchos esperamos y pretendemos que nuestras mentes sean capaces de un cambio repentino.
Cuando tratamos de aprender un comportamiento mental diferente, pretendemos probarlo una vez y que luego se convierta, instantáneamente, en parte de nosotros mismos.
Si realmente quieres liberarte de las neurosis, realizarte y controlar tus propias decisiones, si realmente quieres alcanzar la felicidad del momento-presente...
Necesitarás aplicar el mismo tipo de disciplina rígida que necesitaste para aprender a pensar de forma autofrustrante, pues tendrás que desandar el camino mental que has seguido hasta la fecha.
A fin de lograr plenamente este tipo de realización personal tendrás que repetirte hasta el cansancio que tu mente te pertenece y que eres capaz de controlar tus propios sentimientos.
El resto de este libro estará dedicado a tratar de ayudarte a conseguir tus propios fines haciendo precisamente que empieces por enunciar repetidamente esos temas:
Tú puedes escoger lo que más te convenga, y tus momentos presentes son tuyos para que tú los disfrutes, si realmente decides estar a cargo de ti mismo.
Fuente: Tus zonas erróneas, de Wayne W. Dyer.